Actualmente, Cuál es tu tormento (Anagrama, 2021) es la última novela de la autora Sigrid Nunez (Nueva York, 1951), y no es de extrañar que sea la segunda que se traduce al español después de El amigo (Anagrama, 2019), galardonada con los prestigiosos premios: National Book Award y el premio al mejor libro por la New York Public Library. Estos premios hicieron que las novelas de Nunez pasaran de estar traducidas de siete a más de veinticinco idiomas. Ambas novelas comparten sus características más básicas: el tema de la amistad, el tono intimista y las referencias literarias que van bañando el texto.
La premisa del libro es muy sencilla: nos encontramos con una narradora protagonista, que nos cuenta en primera persona lo que hace en su día a día y sobre todo lo que escucha, porque nuestra narradora es una oyente nata. Actúa de médium para el lector, al que, de manera arbitraria, le va mostrando lo que le interesa. Esa selección de diálogos y frases va tejiendo el relato y va dando forma y espacio a la reflexión. La vida cotidiana de la narradora se ve alterada cuando, al visitar a una amiga de la universidad con un cáncer terminal y con la que había perdido mucho el contacto, le pide que viva con ella las últimas semanas en una casita a las afueras de la ciudad. La vida en la casa, la evolución de la amistad, el camino hacia el final, se convierten en la parte central de la obra, que, con un tono intimista y confesional, da la impresión de tratarse de un diario.
En palabras de la autora, «lo que emerge (de Cuál es tu tormento) es un retrato de la manera en que se vive hoy, un mundo aquejado por constantes crisis y los cambios drásticos que sufre la naturaleza de las relaciones humanas en nuestro tiempo».
La temática del libro parte de la alta filosofía, pero Nunez consigue aterrizarla y acercarla al público, invitando a reflexionar con ella de una manera tranquila y relajada. El cáncer terminal de su amiga nos permite reflexionar sobre la muerte y la manera de afrontarla, pero también sobre la amistad y cómo evoluciona a lo largo de la vida. La relación con su ex, un científico colapsista que no acepta preguntas en sus charlas catastrofistas y antinatalistas sobre el cambio climático y el fin de la humanidad, nos habla de la hipocresía del ser humano, pero también sirve de tema macro: el fin de la humanidad, en contraposición al final de una vida, la de la amiga de la protagonista, y nos ayuda a replantearnos nuestra propia existencia. Son temas todos ellos que convergen y se van entrecruzando a lo largo de las páginas de una manera que, aunque puede resultar caótica, consigue ser evocadora.
La estructura caótica de la novela, que salta de un punto a otro según nos dirige la autora, consigue dar dinamismo a la obra, evita la monotonía del orden cronológico y permite que la narradora vaya abriendo ventanitas hacia el pasado, dándonos más contexto sobre ella misma y la relación con su amiga, y evita que se haga patente que la historia apenas avanza, que no está pasando nada porque, para ser honestos, en la novela pasan poquitas cosas si hablamos de acciones únicamente, siendo el desarrollo de los personajes a nivel interno lo que marca el ritmo de la obra.
La narradora, de la que no conocemos su nombre, actúa de tamiz que filtra el exceso de emociones y sentimientos que se podrían esperar de una narración de este tipo. Actúa de forma quizás un poco pasiva, como si le diera pereza lo que está viviendo, pero es eso mismo lo que permite que la novela no peque de sentimentalista y se convierta en un texto lacrimógeno. Ese filtro nos permite seguir adelante con el relato con un menor sufrimiento.
«No habría sido muy complicado averiguar la nueva dirección de mi antigua vecina, y eso, pensé, era precisamente lo que debería hacer, y debería mandarle un mensaje de pésame. Pero el alivio que experimenté al saber que se había ido fue tan grande que sentí menos remordimientos por mantenerme en silencio».
Los toques de humor y las situaciones graciosas, casi absurdas, que la autora va colando en las escenas más solmenes también consiguen dar un carácter más optimista a la historia.
Es curiosa la manera en la que la autora presenta los diálogos, sin comillas y combinando el parafrasear a otros personajes con dejar que ellos mismos expongan su monólogo. Además, en la novela apenas hay descripciones del entorno, la autora da un par de pinceladas sobre lo más relevante de la escena para que la persona que lee pueda ubicarse, pero no se centra en los detalles, la novela es más introspectiva y se centra más en las relaciones humanas y las reflexiones de la narradora.
En definitiva, a pesar de que la acción sea bastante estática y que la ausencia de desenlace pueda resultar poco satisfactoria: nos quedamos con ganas de saber más, ¿Qué va a ocurrir con la amiga? ¿Qué va a ocurrir con la narradora cuando todo pase? La lectura de Cuál es tu tormento tiene todos los ingredientes para resultar una lectura muy agradable y reflexiva.